La energía reactiva es la electricidad que recogen algunos aparatos, pero que posteriormente no es utilizada por los mismos. En consecuencia, dicha energía se devuelve a los canales de distribución. Este proceso genera un sobrecoste a las compañías eléctricas que suelen penalizar a partir de ciertos niveles. Provoca además alteraciones en la red que pueden causar problemas técnicos.
La principal diferencia es que la energía activa se considera energía útil, mientras que la energía reactiva no se consume.
Esta falta de consumo de la energía transportada hasta el dispositivo motiva la pérdida de potencia aplicable, y empeora el rendimiento de las instalaciones eléctricas.
Además puede generar bajadas de tensión y sobrecargas en líneas, transformadores y aparatos generadores.
Sí. La energía reactiva se penaliza cuando supera ciertos límites con respecto al consumo de energía activa. Estos varían en función del tipo de tarifa que se tiene contratada.
Sí. El exceso de consumo de energía reactiva se traduce en una penalización en la factura. Esta penalización se aplica fundamentalmente cuando el porcentaje de energía reactiva supere al de energía activa consumida en una medida concreta, y según tarifas contratadas:
La penalización en la factura se refleja de la siguiente forma:
Para calcular la energía reactiva tenemos que utilizar la siguiente fórmula. El resultado ofrecerá tres posibles valores:
El precio de la energía reactiva viene dado por la penalización que se aplica a la factura eléctrica cuando se generan los escenarios que permiten dicha aplicación:
Hay que tener en cuenta que el precio de la energía reactiva se modificará en el año 2021, por lo que estas tarifas se verán probablemente modificadas cuando entre en vigor la nueva normativa.